El año pasado salía cada noche a caminar con otras mamis con el único objetivo de evitar el sedentarismo haciendo algo de ejercicio. La marcha nocturna no requería una gran forma física y, además de liberar estrés, pasábamos un rato muy agradable conversando. Esto último fue lo que inspiró el nombre de este blog:
La charradica.
Este año (me refiero a curso escolar, que es lo que rige a una madre de cuatro escolares) no me encontraba con energías suficientes, ni físicas ni mentales como para salir a caminar cada día, así que poco a poco me fui descolgando hasta que abandoné el grupo.
La semana pasada volví a caminar y volví a experimentar la sensación de llegar a casa exhausta, pero con ganas de seguir haciendo cosas. Volví a disfrutar de las conversaciones nocturnas entre compañeras y me gustó.
Así que después de este dulce parón, aquí estoy de nuevo delante del ordenador a horas intempestivas y no he encontrado mejor manera que hacerlo con esta entrada.
Muchas gracias a los que habéis seguido visitando mi pequeño rincón aún sabiendo que los bollitos de chocolate ya se habían quedado duros.
Un besico a todos.