Deliciosas bolitas de chocolate por si no habéis comido suficiente turrón. Son una tentación en la nevera y un divertido entretenimiento para los niños.
Tengo que admitirlo, siento debilidad por los adornos navideños que Meisi nos presenta en Kireei; son sencillos, con mucho encanto y con tela de cuadritos vichy ¡me chifla!. Al final me he decidido por la guirnalda de pino y piñas.
¡Ya tardaban los adornos navideños! estariáis pensando... pues sí, este año no hemos preparado mucho, y como mis amigas se han dado cuenta de la ausencia, me han hecho llegar algunos. Uno de ellos es esta estrella de navidad. La han hecho Sonia y Sergio, dos hermanos, amigos de mis hijos, y su mami.
Una de las primeras entradas que publiqué fue la de La galería de arte; en ella explicaba como conseguimos que los numerosos dibujos de mis hijos tuvieran el lugar que se merecían para poder disfrutar de ellos cada día.
Siempre dicen que tenemos que educar el paladar de nuestros hijos, introduciendo sabores nuevos de forma paulatina. Esta vez me propuse añadir las espinacas a nuestra dieta por ser rica en hierro, ácido fólico y vitaminas A y C, y la última entrada del blog de Mina QuieroCenarPronto me vino que ni al pelo.
1. Con buena iluminación y frente a un espejo coloca tus manos detrás de la cabeza y eleva los codos. Observa ambos senos, su forma, tamaño, si hay masas (bulto) o depresiones (hundimientos), cambios en la textura y coloración de la piel y posición del pezón.
Ayer se celebró en Zaragoza la XIII Edición de la Carrera de la Mujer ; fue la novena prueba del VI Circuito de la Carrera de la Mujer en la lucha contra el cáncer. La prueba se disputó sobre un recorrido de 5 kilómetros y se consiguió batir el récord de participación al alcanzar el objetivo de las 3.500 mujeres inscritas y así llegar a las 50.000 que han participado en toda España.
Querido Bosco:
Ayer fue noche de difuntos. El día anterior ya habíamos dispuesto la mayoría de los adornos y colgado las telas de araña; quedaba servir en la mesa la merienda y preparar las chuches que daríamos a nuestros visitantes. Los disfraces presidían el ropero desde el día anterior, y el maquillaje fue lo único que dejamos para el último momento.
Hace dos años empecé a buscar recetas divertidas para preparar la merienda-cena de la noche de difuntos. Encontré ideas geniales, pero quizá demasiado complicadas para una aficionada. Así que me decidí por otras algo más sencillas pero tan divertidas y terroríficas como las anteriores. El año pasado repetimos las mismas sugerencias, pero nos repartimos el trabajo entre varias amigas.
Halloween (la noche de difuntos) es la fiesta más esperada en mi casa; más incluso que navidad. Les fascinan los zombies, las brujas y cualquier otro personaje de terror.
Un año más acudimos a la cita con la Virgen del Pilar. Este doce de octubre estuvo pasado por agua, pero aún así ofrecimos nuestras flores a la Pilarica.
Cocinar es para muchos, un placer, para otros obligación, y para los menos, un suplicio. Es, cuando menos, bastante ingrato, porque puedes pasar toda la mañana del domingo en la cocina, sofríendo a fuego lento, añadiendo ingredientes por los que has recorrido varios supermercados hasta encontrarlos, y en menos de media hora la manada ha devorado todo y ni siquiera llegas a escuchar un "mmm estaba de rechupete".
Por fin estoy de vuelta, y de la mano de un Record Guinness. No, no se trata del record a las vacaciones blogueras más largas, si no de la mayor exposición de Playmobil hasta ahora.
Tres fresas, rojas y dulces, hemos recogido de nuestra maceta. Lo de menos es la cantidad, lo chulo, es que los niños han visto cómo acomodamos la planta en la maceta, cómo salió la flor y cómo esa flor se ha ido transformando poco a poco en una hermosa fresa; verde primero y de un rojo brillante después.
El domingo fuimos al vivero y compramos algunas semillas; los niños eligieron unas de flores y yo de lechugas variadas.
Ya ha terminado el curso de Pintura Creativa organizado por Pilar Tena . Pilar defiende que la plástica es un lenguaje natural en el ser humano y como tal, todos somos capaces de comunicarnos de esta forma.
Hace un par de años nos regalaron un cerezo; era simplemente una vara, sin hojas y apenas medía 70 cm de alto. El año pasado dió unas poquitas cerezas, pero nos pilló desprevenidos y los avispados pajarillos se las comieron en cuanto estuvieron maduras.
Arantxa es una compañera del trabajo con la que comparto almuerzos desde hace unos cuantos años; así que sabemos obras y milagros la una de la otra. En alguna ocasión me había enseñado con orgullo los dibujos de su hija, que eran preciosos, con brillantinas, collages, pero la semana pasada descubrí que la nena tenía a quién parecerse. ¡Vaya con Arantxa! cuando crees que conoces a alguien va y te sorprende.
Muchas gracias Arantxa, eres una artista.
En una entrada anterior ya hablamos del origami, que era el arte de hacer figuras doblando papel. La figura que mis hijos eligieron esta vez era la más sencilla de todas y que seguro todos hemos hecho alguna vez: el abanico.
Feliz día de la madre para todas que los sois y las que lo vais a ser en un futuro próximo.
En los comentarios de la entrada de Tarta de cumpleaños, Alexia dejó la receta de la quesada que sus hijos y ella preparan (muchas gracias Alexia), y le prometí que en el puente de San Jorge la haríamos. Y aquí la teneis.
Con motivo del día de San Jorge, elegimos en nuestra visita semanal a la biblioteca, un cuento sobre la leyenda titulado Te quiero Valero. Tiene unas ilustraciones muy bonitas y con un final digno de una princesa.
El 23 de abril se celebra el día de San Jorge, patrón de Aragón; es fiesta en toda la comunidad, y cada localidad lo celebra de una manera distinta. En nuestro pueblo es el día de la bicicleta, en el que todo el que quiere participa en un paseo en bici por el pueblo.
Hace unos días fue el cumple de mi hijo de seis años, ahora siete. Quería prepararle una tarta especial y de repente me encontré delante de la pantalla con esta tarta. Rara vez compro galletas oreo, porque hay que reconocer que lo pringan todo; pero a los niños les vuelven locos, así que una tarta con estas galletas les iba a encantar.
Una vez más kireei nos inspira; esta vez para hacer un castillo de cuento para el hada de que mi hija de tres años acababa de estrenar. 
Como cada año, con la llegada del buen tiempo le damos un repaso al jardín, escarificación, abono, y la plantación de algunas plantas nuevas. Y como además los peques están trabajando en el cole el proyecto de las flores, teníamos la excusa perfecta para hacer una visita al vivero de nuestro pueblo.
Ya ha pasado viernes santo. Nosotros somos más de alternativa que de religión, pero hay tradiciones que no faltan cada semana santa. Me estoy refiriendo a las torrijas, sencillas de preparar, pero deleitan cualquier paladar.
Por fin ha llegado la primavera y el buen tiempo. Los chicos están ansiosos por salir a jugar a la calle sin los engorrosos abrigos y sacar los patines, las bicis o los balones. Los mayores volvemos a saludar a vecinos que no habíamos visto en todo el invierno. Y todo esto llega de la mano de las vacaciones de semana santa.
Esta semana en el cole, están trabajando los alimentos y trajeron a casa los gorros de cocinero que hicieron en el aula justo el día que tocaba pizza para cenar. La pizza es una de las cenas fijas en casa una vez a la semana. A los niños les encanta, y si encima son ellos los que la preparan, es toda una diversión.
La bisabuela de mis hijos es una gran matriarca y una mujer ejemplar. Fue una cenicienta, con madrastra pero sin príncipe ni castillo. Por amor fue desheredada, pero tuvo fuerza y coraje de sobras para salir adelante con sus cinco hijos. Regentaba una tienda de ultramarinos, ayudaba en el campo a su marido y cada día llevaba a sus cinco hijos al colegio "como palomicas", con las batas de un blanco inmaculado. Para eso, tenía que bajar al río, romper el hielo con una piedra y lavar las cinco batas; luego las ponía cerca de la lumbre para que se secaran y al amanecer las planchaba.
Hasta ahora no le había dado mucha importancia al día del padre, y si acaso había recurrido a un libro, o algún otro regalo de fácil adquisición. Pero este último año ha sido difícil para todos, especialmente para el papi, así que me apetecía mucho hacerle un regalo muy, pero que muy especial.
Mi hijo de ocho años está preparando un mural desplegable sobre Japón. Uno de los apartados del mural trata del arte, así que buscamos información y, entre cuadros del monte Fuji y grabados de samurais encontramos el origami, el arte de plegar papel para hacer formas variadas, sin tijeras ni pegamento.
Cuando nos anuncian que vamos a ser padres, no nos regalan un manual sobre el cuidado del niño y qué debemos hacer cuando aparece alguna dificultad. Por eso, los libros de crianza y educación han sido el centro de mis lecturas desde hace ya nueve años. No han sido pocos, y sin duda, éste ha sido uno de los que más me han ayudado en el día a día con los niños.
Cuando nos anuncian la llegada de un nuevo bebé, nos asaltan las dudas sobre qué regalar, porque si bastante difícil es acertar cuando es el primero, la cosa se complica si el recién llegado tiene hermanos mayores; siempre nos oímos "es que tiene de todo...".
Hace tiempo que tenía ganas de hacer un lapbook con los chicos. Pero ¿qué narices es un lapbook?; busqué la respuesta en internet, pero en varios sitios encontré la misma respuesta: no hay traducción. Así que, aunque me encantan los anglicismos, creí que debíamos encontrar un nombre para que los demás nos entendiesen. En realidad era un mural como otros muchos que habíamos hecho, pero con bolsillos, ventanas y desplegables que lo hacían más atractivo. Así pues, sería nuestro primer mural desplegable.
En el pueblo hay un paseo que yo llamo "de los olivos". Además de varios ejemplares de este árbol, en su día se plantaron romeros, santolinas y lavandas. No estás dispuestos al azar, sino que guardan una simetría. Además, tampoco coinciden en la floración, lo que concede al paseo una coloración diferente según la época; y como se trata de plantas aromáticas, el perfume que se percibe también varía. Ahora mismo, las plantas están podadas y preparadas para una nueva primavera. Predomina el verde mate de las hojas de los olivos y de las santolinas.
La empanada resulta muy socorrida para apañar una cena improvisada. Admite muchos rellenos, atún, carne, bacon y dátiles, pera y morcilla; cualquiera de sus versiones está muy rica. Y tanto si está caliente como si la hemos preparado con antelación, los comensales no dejan ni las migas.
En el cole suelen hacer una excursión cada trimestre. Y la primera de este curso para mi hijo mayor fue al Moncayo. Durante la semana previa, conseguimos el material suficiente para preparar un cuaderno de campo, y así disfrutar aún más si es posible, de la belleza del Parque natural de la Dehesa del Moncayo.
Queríamos hacer un regalo, pero tenía que ser algo especial; un recuerdo en el que todos los miembros de la familia pusiéramos nuestro granito de arena. Y literalmente, así fue. Hicimos un marco de fotos con barro, conchas, arena y mucho, mucho cariño.
En el cole también celebraron carnaval. El tema de esta año era la biodiversidad, y pudimos ver un precioso huerto formado por todos los niños de infantil; y también pulpos, pingüinos, abejas y flores, panteras, tigres y cebras gracias a los alumnos de primaria.
Todavía no hemos decidido cuál será nuestra "comida de domingo", pero de lo que no hay duda es de cuál será el postre de los días de fiesta: la tarta de queso.