Feliz día de la madre para todas que los sois y las que lo vais a ser en un futuro próximo.
Cada día nuestros hijos nos hacen mil y un regalos con sus divertidas ocurrecias y no debía ser necesario que hubiese un día en concreto para celebrar la maternidad. Pero, para qué nos vamos a engañar, hace ilusión aunque sea un dibujo.
Ahora ya no hacen en el cole las flores de papel, o los ceniceros de barro con la forma de la mano del niño. La justificación es la diversidad de situaciones en los hogares (familias monoparentales, custodias compartidas, papás del mismo sexo,...). Tiene sentido, pero si he ser sincera, echo de menos esos detallitos.
De nuevo, ¡felicidades a todas!
Arantxa es una compañera del trabajo con la que comparto almuerzos desde hace unos cuantos años; así que sabemos obras y milagros la una de la otra. En alguna ocasión me había enseñado con orgullo los dibujos de su hija, que eran preciosos, con brillantinas, collages, pero la semana pasada descubrí que la nena tenía a quién parecerse. ¡Vaya con Arantxa! cuando crees que conoces a alguien va y te sorprende.
Muchas gracias Arantxa, eres una artista.
En una entrada anterior ya hablamos del origami, que era el arte de hacer figuras doblando papel. La figura que mis hijos eligieron esta vez era la más sencilla de todas y que seguro todos hemos hecho alguna vez: el abanico.